martes, 22 de marzo de 2011

Cambio de vida




                                 Mario López está desubicado; torpe, incluso. Lo que puede cambiar la vida de un hombre en tan poco tiempo, con tan solo una noticia inesperada

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 Ahora, tras muchos años a la carrera, los días parecen detenerse y se pausan. Descubre, con agradable sorpresa, que su hijo es algo más que una obligación a la que vestir, llevar al colegio y acostar con el latido de un reloj. No; también  piensa, siente y necesita. Charlar con un niño es agradable, siempre se aprende, y por encima de todo, une.

Esa paciencia que jamás pudo tener, comienza a gustarle, ahora que el tiempo se limita  a la luz del sol, y las horas solo las marcan la comida y el cansancio.

Volver a disfrutar de esos placeres cotidianos, como levantarse al olor del café recién hecho y pan tostado. Leer la prensa en el desayuno para después organizar el día en función de aquellas viejas aficiones aparcadas tanto trecho. Escuchar, que no oír, música, mientras dibuja o escribe alguna cosa. Preparar la comida a la par que se toma un aperitivo de vermú y aceituna, y sorprender a su mujer, que de vuelta del trabajo, alaba la deliciosa tortilla bien mimada en la sartén a fuego lento.


Tras la siesta, un paseo con su esposa por el bulevar, gozando del roce de su mano y el andar medido. Ya en la terraza, charlando con un café, observar de nuevo el color y brillo de sus ojos, y, ¿Por qué no? Volver a enamorarse.


Solo una ansiedad carcome el bienestar de su calma. Tiene que encontrar trabajo, antes de agotar el finiquito. Y es que el tiempo no tiene precio, pero es tan caro…

2 comentarios:

Manuel dijo...

Menuda ansiedad, Antonio. Tanto que te impide vivir los buenos sabores de la vida e incluso de la familia.
¡Porca miseria!

Un abrazo, Antonio.

Des. dijo...

"Cambiar de vida" tiene el sabor de la ternura, el calor del hogar, el amor por las pequeñas cosas,y una realidad que acompaña a mucha gente en nuestros días, el paro.