lunes, 13 de febrero de 2012

Soledad





Soledad
( Tonecho)



                     Puta contradicción, pero cierta (...por eso jode). Cuando más solo me siento es cuando estoy acompañado, amiga mía.

Dicen de mi que soy un lobo (...o un perro, depende de la simpatía que me tengan) solitario (¡La hostia! que capacidad de observación) Cierto; tengo un unico amigo (que murió hace años), mi familia no me habla (…ni yo a ellos, para qué….solo nos une la sangre, y a mi la sangre no me gusta, prefiero el vino), y pareja, pues eso, está noche estas tú.
Ni con mi sombra me entiendo (…por eso salgo de noche), y la gente, por lo general, o me aburre o me molesta (... ¿por que nacemos con lengua?).

Mis necesidades de relación se limitan a lo físico (…no pienses mal, me explico)
Mi organismo, al revés que mi cerebro, es normal, y tiene la molesta manía de desarrollar algunas sustancias que inducen a ciertos comportamientos. La adrenalina la llevo bien, por ejemplo (…la bajo con whisky), al igual que la dopamina, que la controlo (…o ella a mi) solito (…y si no, se llama a un camello de guardia). Pero hay algo que se me escapa de las manos (…bueno, de las manos, a veces…las menos), que es la puta testosterona (…hasta el nombre acojona).

Es entonces cuando surge esa imperiosa (…je, como el caballo de Gil, pero en yegua..) necesidad de acercarme al sexo opuesto (…cuanto más cerca, mejor). Disfruto (aún antes de follar) de su compañía; inteligencia, encanto, sensibilidad y valor. Todas esas virtudes de las que el hombre anda cojo, suelen actuar como bálsamo en mi costra. Eso, sumado a otros agrados (…más físicos), me empuja (…nos empuja) a la cama, y una vez allí, cuna de sueños y altar de certezas, comienza la danza del deseo; mil veces repetida pero siempre imprevisible, misteriosa, mágica…casi mística

 Tras el sudor, los besos, los latidos y jadeos, bordamos el final…y es ahí, en el fuego del irremediable “Do de pecho” retardado, cuando tocas lo más sutil de la relación humana, segundos antes de caer, impotente (…nunca mejor dicho), en el sentimiento más profundo de absoluta soledad. Paradójica y dura sensación. Al rato, te miro y estas aquí, conmigo, separados por una sabana…tan lejos.
¿Echamos otro polvo? Hoy me siento heroico. Y sociable.